lunes, 31 de marzo de 2025

Nuevo Curso descubriendo talentos

 

Descubriendo Talentos: Un Espacio para el Crecimiento Personal y Profesional

La Corporación Laboratorios Pedagógicos de Familias tiene el gusto de invitarles a la tercera edición de su espacio de formación, en esta ocasión con el curso Descubriendo Talentos.

Este evento está diseñado para docentes, líderes y lideresas sociales interesados en fortalecer sus habilidades y descubrir nuevas potencialidades en su desempeño profesional y personal.

Detalles del Curso

📅 Fecha: 8 y 9 de abril
💻 Modalidad: Virtual (Plataforma Google Meet)
🎯 Dirigido a: Docentes, líderes y lideresas sociales


En este curso, los participantes podrán explorar herramientas prácticas para identificar y potenciar talentos, mejorar su liderazgo y generar un impacto positivo en su entorno.

No pierdas la oportunidad de ser parte de esta experiencia de aprendizaje única.


Meditación de Marcelo Torres Cruz


 

Felicidades a Juan

 Quiero felicitar de forma grata a mi querido Pupilo, Juan Valenzuela, por haber obtenido su título de abogado. Juan es un muchacho inteligente que se fortaleció con el acompañamiento emocional y ha demostrado una gran dedicación en su camino. Espero que continúe por una senda llena de éxitos y logros. ¡Felicidades, Juan!



lunes, 3 de febrero de 2025

Recordando el Camino por Caracas

 Para el año 2010, cuando los ecos de la revolución bolivariana resonaban en los cerros y avenidas de Caracas, Didier, un entrañable amigo francés que había sucumbido al embrujo de Venezuela y sus entrañas populares, me extendió una invitación imposible de rechazar. La idea de conocer aquella efervescencia social me llenaba de un vértigo indescriptible, pero el precio de esa aventura era alto: dejar por veinte días a mi pequeño hijo Camilo, que apenas había cumplido un año. Esa separación era un nudo que me apretaba el alma, pero el deseo de caminar por los senderos de aquella revolución era más fuerte que cualquier angustia.

Llegué a Caracas como quien entra en un cuento que no termina de entender, hospedado en el hogar cálido y generoso de la maestra Gloria y su familia, cuyas risas y palabras tejían un refugio para mi alma viajera. Los días se deslizaron con una ligereza asombrosa, como las páginas de un libro que uno lee con avidez. Allí conocí a decenas de rostros, cada uno cargado de historias que me interpelaban en lo más hondo. Entre los abrazos de los barrios populares, descubrí la vida pulsante de la Caracas bella y caótica.
Hubo noches en las que la espiritualidad juvenil llenó los espacios como un canto ancestral, y tardes en las que los poemas leídos y los discursos políticos se entrelazaban como corrientes de un río caudaloso. Recorrí playas que parecían salidas de un sueño, y aprendí, a fuerza de pasos tímidos y miradas curiosas, a navegar las calles de una ciudad que se desnudaba ante mí con todo su esplendor y su crudeza.
Pero de todo lo vivido, lo que Didier me enseñó marcó un antes y un después. Con sus saberes ancestrales y su mirada penetrante, me llevó a enfrentar los primeros gritos de mi cuerpo, aquellos dolores que, como advertencias urgentes, me llamaban a reconciliarme conmigo mismo. Fue en Caracas, entre risas, versos y banderas, donde entendí que cuidarme era un acto revolucionario tanto como aprender a caminar solitario por una ciudad que ya no me era extraña.


Para el día que me vayas canción de Marcelo Torres Cruz

Resume este texto La despedida y su espejo
Alguna vez leí en un texto apócrifo que toda despedida es el anticipo de otra despedida más grande, que cada adiós es el ensayo de un olvido que nunca llega del todo. Quizá por eso, la música se empeña en fijar lo efímero, en darle a la fuga del tiempo una cadencia, un ritmo, una memoria posible.
He sabido que un hombre llamado Marcelo Torres compuso una canción titulada Cruz, como si en esa palabra estuviera cifrada la encrucijada de toda existencia. No me sorprende que otro conjunto, Son de Cali, haya elegido otra melodía para nombrar el día de la despedida. La música es el doble de la vida, y toda despedida lleva en sí la música de lo irremediable.
Si pudiera elegir mi propia despedida (si es que tal elección no es ya un laberinto del que nadie sale), quisiera que fuera como un libro que se cierra pero cuyas páginas persisten en la mente del lector. Un último café en un sitio cualquiera, una conversación sobre literatura que no busca resolver nada, la ilusión de que las palabras bastan. Y luego, como en un cuento que se pliega sobre sí mismo, el que se va y el que queda sin saber quién es quién.
Tal vez la despedida perfecta sea la que nunca ocurre del todo, la que deja su música en el aire y su sombra en la memoria.



martes, 21 de enero de 2025

Recorrido Pedagógico de Marcelo Torres Cruz

 



Aquella mañana de niebla en Sibaté, con el frío afilado que mordía las mejillas, llegué al pueblo con mi hija Sofía tomada de la mano. Era una niña curiosa, con los ojos tan grandes como los de su madre, que no dejaban escapar ni un detalle de lo que sucedía a su alrededor. Caminamos despacio hasta la plaza, donde el murmullo de la gente nos envolvía como un río incesante de voces.

Al subir al pequeño estrado, sentí el peso de muchas miradas sobre mí, pero fue el brillo en los ojos de Sofía lo que me dio valor. Mientras hablaba, con palabras que parecían cobrar vida al salir de mi boca, noté cómo ella me observaba, maravillada, intentando comprender lo que estaba ocurriendo. Cuando la gente empezó a aplaudir, Sofía se aferró a mi mano con fuerza, como si temiera que aquellos aplausos pudieran llevármela lejos.
Al bajar del estrado, ella, con la seriedad de quien aún no ha aprendido a fingir, me miró fijamente y preguntó:
—Papi, ¿por qué te dicen profesor Marcelo?
Sonreí y, mientras acariciaba su cabello alborotado por el viento, le respondí con la voz pausada que usaba cuando le contaba cuentos por las noches:
—Porque esa, hija mía, es mi tarea en esta vida.
Y mientras la luz del sol tímidamente se filtraba entre las montañas, me di cuenta de que, en su mundo de juegos y fantasías, acababa de abrirle la puerta a una pequeña verdad que un día comprendería por completo.

domingo, 12 de enero de 2025

columna del día por Marcelo Torres Cruz

 Columna del día

PIDO PERMISO A MIS ANCESTROS y QUE MIREN CON BUENOS OJOS QUE YO HAGA LAS COSAS DIFERENTES. LOS HONRO.
Este acto de respeto y reconocimiento hacia nuestros ancestros es el primer paso para desafiar las lealtades invisibles que nos atan a sus historias. A menudo, desde la niñez, vivimos bajo el peso de una lealtad inconsciente que nos impulsa a repetir las experiencias difíciles de nuestros antepasados, sin siquiera conocerlas. El concepto de "lealtad invisible" fue formalizado por el psiquiatra húngaro Ivan Boszormenyi-Nagy y hace referencia a cómo nos sentimos obligados, por "buena conciencia", a seguir patrones familiares dañinos.
La Buena Conciencia y los Códigos Morales
Cada persona dentro de su sistema familiar crea lo que se denomina un "código moral", que se compone de lo que considera "bueno" o "malo". Este código está relacionado con la "buena conciencia", que nos hace sentir que debemos ser fieles a nuestra familia antes que a nosotros mismos. Esta fidelidad nos da un sentido de pertenencia, aunque a menudo nos cueste el bienestar y, en algunos casos, la vida misma.
En muchos casos, esta "buena conciencia" nos lleva a repetir historias que no son nuestras, adoptando el destino de nuestros ancestros: divorcios, fracasos económicos, enfermedades, y otros patrones dolorosos. Es un amor ciego, condicionado por las heridas infantiles no sanadas, que nos obliga a seguir el mismo camino, a menudo sin darnos cuenta.
Romper con las Dinámicas de Repetición
Este amor ciego se traduce en tres posibles formas de repetición: "Yo por usted", "yo como usted" o "yo te sigo". Estos patrones se perpetúan generación tras generación, a menos que tomemos conciencia de ellos y decidamos mirarlos, reconocerlos e incluirlos en nuestra historia personal.
Aquí surge una encrucijada: ¿Ser fiel a la familia o traicionarlos amorosamente? ¿Sentirnos buenos e inocentes o convertirnos en las ovejas negras, sintiéndonos culpables? ¿Repetir las historias de nuestros ancestros o crear nuevas historias para nuestra vida?
La Mala Conciencia y la Necesidad de Evolución Familiar
Bert Hellinger nos introduce en el concepto de "mala conciencia", que está relacionado con la necesidad de "individuación" de Carl Gustav Jung y de "diferenciación" de Murray Bowen. Este proceso nos llama a convertirnos en adultos que trascienden los límites impuestos por la conciencia familiar. Se trata de un salto evolutivo en el sistema familiar, donde podemos equilibrar nuestras dimensiones intelectuales, emocionales y espirituales, y encontrar la autonomía y la intimidad en nuestras relaciones significativas.
El desafío es atrevernos a ser diferentes, a hacer las cosas de otra manera, y sobre todo, a ser genuinamente nosotros mismos, tomando las riendas de nuestra vida sin estar encadenados por las expectativas y las historias no resueltas de nuestros ancestros.
En conclusión, romper con las lealtades invisibles no significa renegar de nuestra familia, sino honrarla al crear nuestras propias historias de vida, evolucionando y transformándonos en individuos auténticos, en armonía con la vida y con el deseo de nuestro corazón.
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La música del profesor Marcelo Torres Cruz en Spotify


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Heilen Sharit Muñoz Ortega, Nueva Reina del carnaval de Blancos y negros

 La joven Heilen Sharit Muñoz Ortega ha escrito un capítulo inolvidable en la historia del Carnaval de Blancos y Negros. Originaria de Leiva, Nariño, Sharit ha superado grandes desafíos personales gracias al acompañamiento de su educador terapéutico, Marcelo Torres Cruz.

Su participación en el reinado y al proclamarse como reina es una muestra de su crecimiento personal y emocional. Con su carisma y belleza interior, Heilen ha conquistado el corazón de los pastusos y se ha convertido en un símbolo de superación. ¡Felicitaciones a esta joven promesa!