Marcelo Torres Cruz, de la Corporación Laboratorios Pedagógicos de Familia, llegó al Colegio Leonardo Posada Pedraza en Bosa con la voz cargada de memorias. No era un invitado más: era un caminante dispuesto a poner palabras donde la historia suele guardarse en silencios. Durante treinta minutos, su reflexión se convirtió en un tejido de recuerdos y espíritus, evocando los 20 años de labores académicas de esta institución que ha echado raíces en la localidad.
En su intervención habló de las memorias idas, esas que se han escapado con el paso de los años pero que todavía resuenan en los corredores. Habló también de las memorias que han fortalecido, las que dieron consistencia a la vida del colegio y lo mantuvieron firme, incluso en tiempos duros. Marcelo no se quedó en la nostalgia: celebró el presente con alegría, como quien reconoce que los veinte años no son un cierre, sino una puerta abierta hacia caminos que todavía están por andarse.
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